El maltrato animal en el contexto de la violencia de pareja y de la violencia doméstica puede constituir, en sí mismo, un acto de maltrato y violencia hacia la mujer, además de un delito contra los animales.
Vinculación y coexistencia del maltrato animal y la violencia de pareja
Un porcentaje muy significativo de mujeres víctimas de violencia de pareja manifiestan que sus agresores han maltrado a sus animales de compañía y/o han amenazado con maltratarlos o deshacerse de ellos (Ascione et al., 2007, Volant et al., 2008).
Los agresores que maltratan a mujeres a menudo también maltratan, o incluso matan, a los animales de compañía de sus víctimas como una forma de violencia psicológica e emocional dirigida hacia ellas (Barret et al., 2017).
Maltrato animal como forma de coacción, intimidación y control de la mujer en situación de violencia
Según las investigaciones, el uso del maltrato animal, así como las amenazas de cometerlo, se emplean como instrumento y táctica de coerción y control en situaciones de violencia de género en el ámbito de la pareja e intrafamiliar (p. ej. Alleyne & Parfitt, 2017; Newberry, 2017 Faver & Strand, 2007).
Muchos agresores maltratan a los animales para coaccionar, intimidar, silenciar y/o manipular a sus víctimas humanas, especialmente mujeres y niños (p. ej., Allen et al., 2006, Collins et al., 2018; Hardesty et al., 2013; Oleson & Henry, 2009), lo que es posible debido al afecto y el apego emocional que las víctimas tienen con sus animales (Alleyne & Parfitt, 2017).
Maltrato animal como indicador de agresores más peligrosos
Los hombres agresores que también maltratan a los animales parecen ser más peligrosos que aquellos agresores que no son crueles con los animales.
Aquellas mujeres víctimas de violencia cuyas parejas habían maltratado a sus animales de compañía corrían un riesgo significativamente mayor de sufrir más formas de violencia y agresiones más graves y frecuentes por parte las mismas (Simmons & Lehmann, 2007; Barrett et al., 2017, Ascione 2007).
Estas diferencias parecen ser aún más pronunciadas en los casos de aquellos agresores que habían llegado a matar al animal (Simmons & Lehmann, 2007).
El maltrato animal en un contexto de violencia de pareja puede indicar una escalada de violencia y una destacada peligrosidad del agresor y, por tanto, debe ser tomada en cuenta en las evaluaciones de riesgo.
El maltrato animal dificulta el abandono de la relación abusiva
Los estudios evidencian que el maltrato a sus animales por parte de la pareja tiene un alarmante impacto sobre las decisiones de las mujeres víctimas y su capacidad de protegerse y alejarse de los agresores.
En este sentido, las investigaciones señalan que la preocupación por la integridad de sus animales de compañía puede actuar como un freno importante para que estas mujeres abandonen la relación y tomen medidas para ponerse a salvo ellas y a sus hijos (p. ej., Faver & Strand, 2003: Wuerch et al., 2017; 2018), retornando incluso en ocasiones a la relación para proteger a sus animales. (Carlisle-Frank et al., 2004; Volant et al., 2008)
La separación dificulta la recuperación de las mujeres y sus hijos
Los animales de compañía suelen representar una fuente muy importante de apoyo emocional y social para las mujeres en situación de violencia de género, y su presencia puede favorecer los procesos de recuperación. Por otro lado, la ansiedad generada por la separación de sus animales puede dificultar la recuperación de las mujeres y sus hijos (ej. Crawford, 2012).
Niños y niñas, también víctimas
Algunos niños y niñas ponen en riesgo su integridad física e incluso permiten su propia victimización para impedir que el agresor lastime a sus animales (p. ej., Adams, 1994; Edelson et. al., 2003).
El presenciar que un agresor, especialmente si se trata de un referente cercano, hiera o mate a un animal querido puede ser emocionalmente devastador para un niño (McDonald et al., 2018, Girardi & Pozullo, 2015; Gullone, 2012 ).
El maltrato animal puede ser un método de coacción para conseguir que los niños presionen a sus madres para que permanezcan junto al maltratador, o incluso para silenciar a los menores acerca del maltrato que sufren ellas (ej., Gallagher et al., 2008).
Los menores testigos de maltrato animal presentan un riesgo mayor de cometer actos de crueldad hacia animales que aquellos que no lo han presenciado (p. ej. Ascione, 1998; Ascione et al., 2007; Currie, 2006). La comisión de maltrato animal en infancia y adolescencia está asociado también con problemas de conducta, bullying y delincuencia juvenil (Longobardi & Badenes-Ribera, 2018; Henry, 2004).
El maltrato animal como indicador de maltrato infantil en el hogar
El maltrato infantil es mucho mas frecuente en hogares en los que se maltrata a los animales.
Distintos estudios apuntan a que la violencia contra los animales en un hogar puede ser un indicador de maltrato infantil (DeViney et al., 1983; Hutton, 1983).